Diferencia entre coach y psicólogo
Aunque la psicología y el coaching utilizan conceptos y bases teóricas iguales y que se basan en la primera, la metodología que se emplea no es la misma en ambas. Para empezar, la principal diferencia entre un coach y un psicólogo reside en que son figuras a las que se recurre en contextos diversos. Si tienes dudas sobre el papel de cada una, ¡en este artículo te las resolvemos!
De dónde viene el coaching
El perfil profesional de un coach es el de una persona experta en habilidades comunicativas. Su función es la de ayudar a su cliente a identificar los objetivos que persigue y acompañarle en el camino hacia el logro de los mismos. Con frecuencia, la falta de dirección y de motivación, así como la incapacidad para hacer frente a los obstáculos que se presentan, impiden que se produzca un progreso. Con el paso del tiempo, se genera frustración y los proyectos terminan por abandonarse.
El coaching utiliza para gestionar este tipo de situaciones una metodología técnica con una base teórica que se fundamenta en la psicología y que se aplica adaptándola a cada caso en particular. Sin embargo, no se procede con un estudio en profundidad de la conducta o de los procesos mentales que se llevan a cabo.
Aunque el coach bien puede contar con el grado en psicología, la visión que muestra es superficial. Es decir, que se enfrenta a los bloqueos personales que impiden alcanzar los objetivos deseados, pero sin profundizar en lo que puede haber detrás. Por lo tanto, la principal diferencia entre un coach y un psicólogo es la forma de abordar los aspectos que se desean tratar.
Desde el punto de vista de la psicología, es necesario conectar con los mecanismos que se siguen en el pensamiento, así como con la personalidad de la persona o los patrones de conducta aprendidos que pueden condicionar la mente. Dicho de otro modo, se procede con un estudio en profundidad, con la finalidad de conocer el origen de aquello que se quiere tratar. Así, el psicólogo trabaja con pacientes en lugar de con clientes.
Metodología como diferencia entre un coach y un psicólogo
Otra diferencia entre un coach y un psicólogo es la metodología que se sigue y la temática. En el caso de la psicología, el método a seguir ha ido evolucionando con el paso de los años, de acuerdo con los nuevos estudios y avances. No olvidemos que la psicología es una ciencia humana o social. En la actualidad, la terapia cognitiva-conductual es la más utilizada y la que mejores resultados ofrece.
En lo que respecta a la duración de la terapia, esta es variable en función del paciente y de la visión clínica que aporta el psicólogo/a. El tratamiento consiste en técnicas y estrategias que sirvan de referencia para poder cambiar la situación en la que se encuentra. Hay que tener en cuenta que el trabajo siempre lo realiza la persona que acude y no el profesional.
Sin embargo, en el caso del coaching, la metodología que se sigue no se centra en el autoconocimiento, sino que se orienta al logro de unos resultados. Uno de los métodos más populares es el llamado GROW, y que se utiliza a nivel internacional. Estas siglas equivalen a goal o meta, reality o realidad, options u opciones, y will, que es la voluntad o el compromiso para alcanzar un objetivo o una meta.
En cuanto a la duración de las sesiones, que es otra diferencia entre un coach y un psicólogo, en este caso pueden ser relativamente cortas. Por lo general, la duración máxima es de unas diez sesiones, aunque la cifra es variable. La clave del éxito está en que el o la cliente sea capaz de descubrir soluciones a los problemas que se presentan o aprender técnicas para continuar avanzando. Así, el coach no propone todos los pasos a seguir, sino que actúa de guía y acompañante.
Cuándo acudir a un coach y cuándo a un psicólogo
La existencia de especializaciones no es una diferencia entre un coach y un psicólogo, pero sí a lo que hacen referencia cada una de ellas. Este último puede especializarse en psicología clínica, en intervención social o en educación, entre otras. Es decir, que no solo se abarcan las patologías mentales. Pero ojo, ante estas, es únicamente un psicólogo o un psiquiatra quien puede abordarlas. La depresión y la ansiedad, las relaciones de pareja o afectivas o la gestión emocional son también áreas de esta ciencia.
Si lo que deseas tratar no es algo puntual o pasajero, sino que se ha apoderado de tu vida, entonces lo ideal es acudir a un psicólogo que pueda estudiar lo que te sucede y ayudarte a conocerte mejor. Además, te proporcionará las estrategias concretas que necesitas para poder modificar tus pensamientos y tu conducta.
Dentro del coaching, encontramos también diferentes especializaciones, como son el coaching deportivo, el coaching educativo o el profesional, aunque no son exactas. Y en lo que se refiere a la temática a tratar, un coach ayuda a resolver problemas puntuales, en lugar de estudiar la conducta humana.
Así, algunos ejemplos para acudir a un coach son el querer cambiar de trabajo, aumentar la productividad, la gestión de cambios bruscos en la vida o el descubrimiento de talentos. Se trata, por lo tanto, de fortalecer los recursos con los que cuenta el cliente y de adquirir habilidades o puntos de vista que no se poseían o que no se habían valorado.
Si deseas alcanzar el éxito en tu carrera deportiva, te gustaría aprovechar todo tu potencial como líder de un grupo o tienes un proyecto pero te falta iniciativa y dirección, la figura de un coach te resultará de utilidad. Son problemas concretos que necesitan metas y motivación.
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